lunes, 18 de mayo de 2020

Depende de un hilo (Jorge Bofill)


Me levanté y tiré el primer cuchillo le di  a uno en el ojo, tiré el segundo y lo fallé y tiré el cuchillo de cocina y le di a otro en toda la cabeza.

Solo quedaba el jefe, el que era el que nos tenía que dar el dinero, bueno, mal, que se lo teníamos que pedir.
Me dijo para que queréis tanto dinero, en ese momento pensé: no es tanto solo medio millón, vale, sí, es mucho.
Bueno, antes de ponerme a discutir con él decidí soltar a Hielo, le saque la navaja que tenía calvada y le di mi camiseta para que se pudiera taponar y que parara la hemorragia.
Hielo me dijo cómo se llamaba, el señor se llamaba Tom.
Tom se quedó mirándonos fijamente y nos dijo: "tenéis 30 segundos". Nos dio un saco con medio millón, y nos dijo: "¡30 segundos tenéis para salir si no queréis morir!".
En ese momento Hielo y yo nos miramos fijamente, y dijimos: ¡a correr!

Roca y Sombra nos escucharon y fueron a arrancar el coche.

En ese momento vi que Hielo no podía correr, así que lo cogí como si nos hubiéramos casado y corrí como si fuera lo último que fuese a hacer en mi vida, que había muchas posibilidades que fuese lo último.
Roca conducía y Sombra nos cubría, metí a Hielo lo más rápido posible en el coche y el saco, pero justo escuche, 30.
Les dije que se fueran que yo me iba por otro lado, que quedábamos en las cabañas.
Ellos me dieron una AK-47 y se fueron más rápido que un rayo.
Yo salí corriendo hacia el lado contrario y sin mirar atrás, empecé a escuchar disparos, en ese momento el corazón me iba a mil pulsaciones por minuto, estaba bloqueado no sabía qué hacer, pero vi lo que nunca me habría imaginado ver  un cochazo de la marca Pegaso, me monté y más suerte no podría haber tenido: tenía las llaves en la guantera.
Lo arranqué en cero coma y me fui pitando solo escuchaba  disparos  pero eso no me hizo frenar.Después de todo eso llegué a la cabaña pero…
Continuará…

(Jorge Bofill, 2º C)

Falta de dinero (Jorge Bofill)


Necesitábamos dinero, pero cómo lo conseguiríamos.

En ese mismo instante Hielo dijo: ¡yo conozco a una persona, pero hay que tener mucho cuidado con él, no le gusta la gente nueva!
Todos estuvimos de acuerdo en quedarnos fuera mientras Hielo hablaba con él.
Estaba todo muy silencioso no sabíamos que estaba haciendo Hielo ahí dentro, pero me parecía muy extraño, he pasado por gente menos y más chunga que este y tenían un ejército.
Se lo dije a Sombra y a Roca y me dieron la razón.
En ese momento les dije que fueran a por las AK-47 que esto me estaba dando muy mala espina, ellos fueron pero escuché un "dispara" dentro, pensé qué está pasando, entro, espero a que traigan las armas, pero en ese momento vi 5 francotiradores; avisé a Roca y a Sombra, yo entré y vi a Hielo atado y con una navaja clavada en la zona de la apéndice.
No sabía qué hacer, tenía miedo pero me acorde de el pacto, cogí un cuchillo  de caza que estaba en el suelo y decidí acercarme para ver cuántos eran: 3, no sería difícil matarlos pero sí lo sería si hay que tener a Hielo con vida.
Decidí jugar a algo que jugábamos cuando éramos pequeños, me refiero a un amigo mío de la infancia: lanzamiento de cuchillo.

Pero lo distinto es que las dianas eran personas y se movían.

Cogí un tubo, un hierro afilado y pequeño  y por ultimo un cuchillo de cocina.
Me levanté y…

Continuará …

(Jorge Bofill, 2º C)

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