Me levanté y tiré el primer cuchillo
le di a uno en el ojo, tiré el segundo y
lo fallé y tiré el cuchillo de cocina y le di a otro en toda la cabeza.
Solo quedaba el jefe, el que era el
que nos tenía que dar el dinero, bueno, mal, que se lo teníamos que pedir.
Me dijo para que queréis tanto
dinero, en ese momento pensé: no es tanto solo medio millón, vale, sí, es mucho.
Bueno, antes de ponerme a discutir con él decidí soltar a Hielo, le saque la navaja que tenía calvada y le di mi
camiseta para que se pudiera taponar y que parara la hemorragia.
Hielo me dijo cómo se llamaba, el
señor se llamaba Tom.
Tom se quedó mirándonos fijamente y
nos dijo: "tenéis 30 segundos". Nos dio un saco con medio millón, y nos dijo: "¡30
segundos tenéis para salir si no queréis morir!".
En ese momento Hielo y yo nos miramos
fijamente, y dijimos: ¡a correr!
Roca y Sombra nos escucharon y fueron
a arrancar el coche.
En ese momento vi que Hielo no podía
correr, así que lo cogí como si nos hubiéramos casado y corrí como si fuera lo
último que fuese a hacer en mi vida, que había muchas posibilidades que fuese lo
último.
Roca conducía y Sombra nos cubría,
metí a Hielo lo más rápido posible en el coche y el saco, pero justo escuche,
30.
Les dije que se fueran que yo me iba
por otro lado, que quedábamos en las cabañas.
Ellos me dieron una AK-47 y se fueron
más rápido que un rayo.
Yo salí corriendo hacia el lado
contrario y sin mirar atrás, empecé a escuchar disparos, en ese momento el
corazón me iba a mil pulsaciones por minuto, estaba bloqueado no sabía qué
hacer, pero vi lo que nunca me habría imaginado ver un cochazo de la marca Pegaso, me monté y más
suerte no podría haber tenido: tenía las llaves en la guantera.
Lo arranqué en cero coma y me fui
pitando solo escuchaba disparos pero eso no me hizo frenar.Después de todo
eso llegué a la cabaña pero…
Continuará…
(Jorge Bofill, 2º C)